Melanoma
El melanoma es una forma de cáncer de piel que se origina en las células productoras de pigmento de la piel, conocidas como melanocitos. Aunque es menos común que otros tipos de cáncer de piel, como el carcinoma de células basales o el carcinoma de células escamosas, el melanoma es considerado el más peligroso debido a su alta capacidad de propagarse a otras partes del cuerpo si no se detecta y trata a tiempo.
La principal causa del melanoma es la exposición excesiva y sin protección a la radiación ultravioleta (UV) del sol o de fuentes artificiales, como las camas de bronceado. La radiación UV daña el ADN de las células de la piel, lo que puede llevar a un crecimiento anormal y descontrolado de los melanocitos. Además de la exposición al sol, existen varios factores de riesgo que aumentan las posibilidades de desarrollar melanoma, como antecedentes familiares de la enfermedad, tener muchos lunares o nevos atípicos, tener piel clara y ojos claros, tener un sistema inmunológico debilitado y haber sufrido quemaduras solares graves en el pasado.
La detección temprana del melanoma es fundamental para aumentar las posibilidades de un tratamiento exitoso. Es importante estar atento a cualquier cambio en la piel, especialmente en lunares existentes o en la aparición de nuevos lunares. Los síntomas comunes del melanoma incluyen cambios en el tamaño, forma, color o textura de un lunar, sangrado o picazón inexplicables y la aparición de una lesión cutánea nueva que no cicatriza. La regla del ABCDE puede ayudar a identificar posibles signos de melanoma: asimetría, bordes irregulares, coloración desigual, diámetro superior a 6 mm y evolución o cambio en el tiempo.
Si sospechas de la presencia de melanoma, es fundamental buscar atención médica de inmediato. El diagnóstico se realiza mediante una biopsia, que implica la extracción de una muestra de tejido para su análisis. Una vez confirmado el diagnóstico, el tratamiento dependerá del estadio en el que se encuentre el melanoma y puede incluir cirugía para extirpar el tumor y los ganglios linfáticos cercanos, inmunoterapia, terapia dirigida, radioterapia o quimioterapia. La elección del tratamiento se basa en una evaluación exhaustiva del paciente y la opinión de un equipo multidisciplinario de especialistas en cáncer.
La prevención es clave en la lucha contra el melanoma. Es importante proteger la piel de los rayos UV mediante el uso de protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30, ropa protectora, sombreros y gafas de sol.