Quimioterapia intraperitoneal

La quimioterapia es uno de los tratamientos más reconocidos para combatir el cáncer. Su eficacia radica en el uso de medicamentos que interfieren con el proceso de división celular, evitando así que las células cancerosas se multipliquen y se diseminen.

Una de las modalidades de administración de quimioterapia que ha ganado atención en los últimos años es la quimioterapia intraperitoneal (QIP). Esta técnica implica la introducción directa de medicamentos en la cavidad peritoneal, que es el espacio dentro del abdomen que contiene órganos como el estómago, el hígado, los intestinos y los ovarios. Es especialmente útil cuando el cáncer se ha diseminado dentro de esta cavidad.

Esta forma de administración se ha utilizado principalmente en el tratamiento de ciertos tipos de cáncer, como el cáncer de ovario avanzado, donde las células cancerosas se encuentran dentro del peritoneo. También puede ser una opción en ciertos cánceres gástricos y en la enfermedad peritoneal pseudomixoide, entre otros.

Al administrar los medicamentos directamente en la cavidad peritoneal, se puede obtener una concentración más alta de la droga en el lugar donde se encuentra el cáncer. Esto podría mejorar la eficacia del tratamiento.

Otro beneficio de este tratamiento es que, dado que la absorción de los medicamentos en el sistema circulatorio general es menor que con la quimioterapia intravenosa tradicional, algunos pacientes experimentan menos efectos secundarios. En muchos casos se combina con quimioterapia intravenosa o con cirugía para maximizar el beneficio terapéutico.

Si bien, la quimioterapia intraperitoneal ofrece ciertas ventajas, también tiene desafíos: la técnica puede ser más invasiva que la administración intravenosa, los pacientes pueden experimentar efectos secundarios relacionados con la administración directa en la cavidad peritoneal, como dolor abdominal o infecciones y no todos los pacientes son candidatos para este tipo de tratamiento, por lo que es esencial que cada paciente sea evaluado individualmente, considerando los beneficios y riesgos de este tratamiento en el contexto de su situación clínica global.